Tour de 9 días por el norte y sur de Marruecos desde Casablanca

Para quienes lleguen a Casablanca en viaje desde otro país, nuestros servicios comenzarán en la terminal del aeropuerto de esta ciudad: allí estará esperando nuestro chófer con un vehículo privado para el traslado al centro. Y si ya os encontráis en Casablanca, acordaremos cualquier otro punto de encuentro que os resulte cómoda la recogida, como por ejemplo el hotel.

En cualquier caso, el primer lugar a visitar será la impresionante mezquita de Hassan II, ubicada en una península artificial ganada al mar. Tiene el honor de ser uno de los templos más altos del mundo islámico: su minarete alcanza la nada desdeñable cifra de 200 metros, aproximadamente. Y por suerte, tendremos ocasión de visitarla interiormente, puesto que es una de las pocas mezquitas que abre sus puertas a personas no creyentes.

Tras visitar la mezquita, partiremos hacia Rabat, situada a una hora escasa desde Casablanca, en viaje por carretera. Se trata de la capital del país y una de las Ciudades Imperiales de Marruecos. Su centro histórico está declarado Patrimonio de la Humanidad, por monumentos tan sobresalientes como la Torre Hassan, del siglo XII, en estilo almohade, o la kasbah de los Oudayas, del mismo periodo. Desde esta última fortaleza disfrutaréis de unas espectaculares vistas de la ciudad y de la vecina Salé, situada al otro lado del río Bu Regreg.

La visita por esta interesante ciudad es libre, de modo que tendréis ocasión de organizar el recorrido a vuestro gusto y con nuestros consejos. Otros lugares interesantes que podéis añadir son el Mausoleo de Mohamed V, el zoco de la medina o el Museo de Arte Moderno Mohamed VI. Todos ellos quedarán cerca del riad en el que pasaréis esta primera noche, pues se encontrará en el centro de la ciudad.

Después de desayunar en el riad de Rabat, nuestro chófer os recogerá para poner rumbo al norte. En concreto, a las montañas del Rif, entre las cuales se ubica Chaouen. Esta localidad, llamada a menudo “la ciudad azul”, pervive en la retina de quienes la visitan porque su medina histórica se tiñe de ese color tan característico.

Durante vuestra estancia en Chaouen, podréis planificar la jornada a vuestro gusto y ritmo, pues tiene carácter libre. Entre las sugerencias principales están la kasbah (hoy Museo Etnográfico) y los miradores con vistas panorámicas de la medina y su entorno. También merecerá la pena perderse por sus callejuelas con encanto, decoradas con flores, repletas de tiendas de artesanía y salpicadas de galerías de artistas locales.

Por la noche, descansaréis en un riad de la medina y, por tanto, no muy lejos de la principal plaza de la ciudad: la plaza de Uta el Hammam, en torno a la cual hay numerosos locales y comercios con encanto.

La tercera jornada de este viaje está repleta de lugares de gran interés cultural. Por ello, tras desayunar en el riad de Chaouen, volveremos a nuestro vehículo para dirigirnos al primero de ellos: Volubilis, el mejor conjunto arqueológico de época romana conservado en Marruecos. Los restos que se mantienen en pie dan cuenta de la importancia que adquirió está ciudad en tiempos de emperadores como Marco Antonio o Caracalla: columnas de templos, mosaicos decorativos en pavimentos, arcos conmemorativos y una trama urbanística aún visible sobre el terreno. No es casual, por tanto, que este gran yacimiento también esté considerado Patrimonio Mundial por la Unesco.

Después de este viaje cronológico a tiempos del Imperio Romano, proseguiremos la ruta por carretera hasta Meknes. Se trata de otra Ciudad Imperial con la consideración de Patrimonio Mundial por la Unesco, puesto que su medina histórica conserva en buena medida el aspecto que le confirió el sultán Moulay Ismail a finales del siglo XVII. Caminando por sus calles es posible toparse con su mausoleo y con elementos que nos recuerdan su glorioso pasado, como las puertas de la muralla, destacando Bab Mansour.

En el último tramo de la jornada, continuaremos la ruta hasta Fez. Su gran medina y su animado ambiente popular serán protagonistas de la visita guiada que se realizará al día siguiente, aunque podréis tomar un primer contacto con ellas en las últimas horas de este segundo día. La ubicación del riad donde haréis noche se ubica en pleno centro, así que resultará una ayuda para este propósito.

Patrimonio de la Humanidad, Ciudad Imperial y unos de los centros espirituales y culturales del mundo islámico. Con esta carta de presentación, es fácil entender que Fez merece ser descubierta en profundidad por medio de una visita guiada. Por ello, después de desayunar en el riad, os encontraréis con nuestro guía local oficial y recorreréis juntos los lugares más interesantes del centro.

La ruta que tendrá preparada nuestro guía abarcará los principales atractivos de la medina, entre los que puede estar la mezquita Karaouine y la Universidad que aloja, considerada una de las más antiguas del mundo. O las madrasas, dedicadas a los estudios basados en el Corán, como Bou Inania o Attarine. O espacios populares como la Plaza Nejjarine y la fuente homónima, el famoso barrio de los curtidores o los siempre animados zocos y mercados.

El centro histórico de Fez es tan grande que obligará a dejar algunos lugares de interés para la tarde, de manera libre. Algunos atractivos que se pueden programar para este momento son las Puertas Doradas del Palacio Real, el Mellah (barrio judío) o museos como en le Borj Nord. Y por supuesto, este será también el momento ideal para realizar compras en las prestigiosas tiendas de artesanía de Fez, donde se venden objetos de gran valor, como artículos en cuero, madera, cerámica o metal. Sin duda, una jornada que merece ser aprovechada hasta el último instante, antes de descansar de nuevo en vuestro riad del centro.

La quinta jornada es una de las de mayor kilometraje: tras desayunar en el riad del centro de Fez pondremos rumbo al sur en un roadtrip que llegará hasta el corazón del desierto. Partiremos temprano y, al poco de iniciar la ruta, comenzaremos a ascender las laderas del Medio Atlas.

Aquí se encuentra precisamente Ifrane, conocida por todos como ‘la Suiza marroquí’. El motivo no es otro que su sorprendente arquitectura, más propia de los Alpes que de estas latitudes, con tejados a dos aguas. Sin embargo, su altitud (más de 1.700 msnm) y su ubicación entre montañas dan como resultado un clima realmente húmedo, con abundantes nevadas en temporada fría y un entorno donde predomina el blanco en invierno y el verde el resto del año.

Verde es también el color predominante en nuestra siguiente parada: el Parque Nacional de Ifrane, junto a la vecina Azrou, repleto de cedros. Muchos lo conocen como el Bosque de los Monos porque aquí vive una numerosa población de macaco de Berbería, especie en peligro de extinción y único primate presente de manera natural al norte del Sahara.

Después de conocer este hábitat tan singular, continuaremos la ruta por carretera atravesando el Medio Atlas. El descenso que iniciaremos en ese momento nos llevará por el Valle del Ziz, en cuyos terrenos sobreviven palmerales y tierras de cultivo, desafiando la aridez que impera en el lugar.

De esta manera llegaremos a Erfoud, localidad de pequeño tamaño pero gran fama en el mundo de la paleontología, pues aquí se han descubierto importantes fósiles, algunos de ellos de dinosaurios. Y poco después llegaremos hasta la localidad más meridional de la ruta: Merzouga, situada a más de 650 km de Casablanca, donde el viaje comenzó.

En Merzouga nos limitaremos a cambiar de medio de transporte: nuestro vehículo quedará aparcado y tomaremos un dromedario por persona para avanzar por las mágicas dunas de arena de Erg Chebbi, de una textura y color incomparables. Tras un tranquilo paseo de un par de horas, llegaremos al nuestro campamento de jaimas, situado en pleno desierto. Allí nos estarán esperando con un té bereber, como mandan los cánones de la tradición local, y también se servirá la cena. Una de las tiendas, con el clásico diseño empleado por los nómadas del desierto, será vuestro alojamiento, con todas las comodidades en su interior. En el exterior, en cambio, quedará un espectacular cielo repleto de estrellas, que resplandecen con una fuerza y limpieza sin equivalentes en el resto del mundo.

En esta sexta jornada abandonamos el desierto de Merzouga, pero no sin antes disfrutar de una experiencia mágica e inigualable: contemplar el amanecer en las dunas de Erg Chebbi, donde las luces del alba aportan tonos y matices únicos en el inmenso territorio de dunas de arena que se abrirá frente a nuestros ojos.

Tras ello, se tomará el desayuno en el campamento de jaimas y retomaremos nuestros dromedarios para volver a Merzouga. Antes o después de este momento habrá tiempo para una ducha, ya sea en un hotel de Merzouga o en el campamento, según el paquete contratado.

De vuelta en la carretera, nuestra ruta nos llevará en primer lugar hasta Rissani, una pequeña ciudad con una medina histórica y lugares difíciles de encontrar en el siglo XXI, como un parking de burros y un mercado tradicional donde se mezclan los olores y los colores. Además, es considerada la cuna de la dinastía alauita, a la que pertenece el monarca actual.

Tras ello, nuestro cuentakilómetros avanzará a medida que circulemos entre hamadas, áridas colinas y palmerales. De esta manera llegaremos a las Gargantas del Todra, un espectacular cañón rocoso por donde discurre el humilde río del mismo nombre. Esta lámina de agua ha cincelado durante milenios este lugar, creando un asombroso desfiladero por el que es posible pasear en la actualidad e incluso escalar, como hacen aficionados a este deporte venidos de todo el mundo.

La carretera aquí se vuelve serpenteante, como veremos durante la ruta, pero después dará paso a espacios más amplios propios del Valle del Dades y de la Ruta de las Mil Kasbahs, llamada así por el sinfín de fortalezas bereberes que saldrán a nuestro paso durante este tramo. También recorreremos el Valle de las Rosas, nombre que da esta flor cultivada para beneficio económico de la población local, que con ella elabora productos cosméticos, organiza festivales tradicionales y mucho más.

La meta de esta jornada es Ouarzazate. En esta ciudad se encuentra el hotel en el que cenaréis y pasaréis la noche. Pero antes de ello, si el horario lo permite, visitaremos la kasbah de Taourirt, situada a las afueras de la ciudad: esta fortaleza bereber fue la residencia del Señor del Altas y Pachá de Marrakech, Thami El Glaoui. Y por ello, en su interior se conservan espacios con decoración exótica y colorida, en contraste con el exterior en adobe. Otra posible visita a realizar en función del horario son sus famosos estudios de cine, que se emplean en grandes producciones del séptimo arte y que le han valido el apodo de ‘Hollywood de Marruecos’.

El séptimo día de este circuito nos llevará por paisajes absolutamente contrapuestos: del desierto a la alta montaña y al océano Atlántico. Iniciaremos el día con un desayuno en el hotel de Ouarzazate para después visitar el ksar de Ait Ben Haddou, declarado Patrimonio de la Humanidad por tratarse de un conjunto fortificado de enorme valor. La arquitectura en adobe de sus edificios y murallas son un magnífico ejemplo de la pericia del pueblo bereber a la hora de construir en perfecta sintonía con el entorno. Y su buen estado de conservación ha favorecido su uso como plató de rodaje en superproducciones como Juego de Tronos o Lawrence de Arabia, por citar algunos ejemplos.

Terminada la visita, retomaremos la ruta por carretera, que poco después comenzará su ascenso por las montañas del Alto Atlas. Nos detendremos en la kasbah de Telouet, otra de las fortalezas residenciales de Thami El Glaoui, Pachá de Marrakech. Por ello, el parecido con la de Taourirt será evidente, aunque con sus propias peculiaridades.

Al llegar al puerto de Tizi n’Tichka, las vistas panorámicas serán sobrecogedoras: las cumbres del Alto Atlas se yerguen aquí como una infranqueable barrera natural, con nieve en sus cotas más altas durante buena parte del año y pequeños pueblos diseminados por sus laderas. Desde aquí, la carretera inicia su descenso camino de Marrakech.

A la Ciudad Roja llegaréis por la tarde, con tiempo suficiente para dar un paseo libre por ella. En esta primera toma de contacto apreciaréis el ritmo frenético y el ambiente popular que reina en la medina, donde se ubicará vuestro riad.

La ciudad de Marrakech fue declarada Patrimonio Mundial por la Unesco y es la más visitada de Marruecos. Por ello y por otros muchos motivos, merece la pena descubrirla con calma y con la ayuda de un guía local. Así haréis tras desayunar en el riad y adentraros en la medina.

Durante la visita guiada de la mañana, algunos de los lugares de interés a explorar pueden ser la mezquita Kutubia, las tumbas Saadíes, la madrasa de Ben Youssef o el Palacio Bahia. La Plaza de Jemaa El-Fna también es de paso obligado, pues fue declarada, en sí misma, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.

Por la tarde, en cambio, disfrutaréis de tiempo libre para emplearlo a vuestro gusto. Algunos viajeros deciden visitar más lugares de interés, como sus museos o los Jardines Majorelle. Otros, en cambio, ponen sus miras en los zocos y en las tiendas de artesanía locales, siempre repletas de artículos de calidad. Y por la noche, el mismo riad con encanto os proporcionará un merecido descanso.

9 días después del aterrizaje en Casablanca, el viaje llega a su fin. Tras el desayuno en el alojamiento y el check-out, se valorará si el horario del vuelo permite dar un paseo final por Marrakech para compras de última hora. En cualquier caso, nuestro chófer os recogerá puntualmente a la hora acordada para el traslado al aeropuerto. Y ya en la terminal nos despediremos con gratitud por la confianza depositada y con esperanza de un nuevo reencuentro para seguir explorando otras regiones de interés de Marruecos.